Cada fin de semana, viajeros y porteños visitan este particular sitio, además de otros tres restó enclavados en una pintoresca cuadra entre Defensa y Bolívar, a metros del parque Lezama. Sus fachadas, con toldos, sombrillas y mesas en las veredas, remiten al más tradicional barrio francés. En este nuevo polo gastronómico, que trabaja a lleno los viernes y los sábados, y también los mediodías de los días laborables, puede degustarse, además de variados platos, cortes de carnes a la parrilla.
El ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman había estrenado en 2006 el bulevar Caseros, que luego fue remozado con nuevas luminarias, veredas y arbustos. En esa cuadra se respira una tranquilidad especial: hay poco tránsito y es una suerte de isla donde hace pocos meses se sumó el último de los restó que atrajo a más comensales, La Popular de San Telmo.
Allí ofrecen más de 14 platos elaborados y un amplio abanico de surtidas tortillas. "Aquí se puede cenar por 80 pesos por persona, aproximadamente, y en general trabajamos a pleno. Todos los restó mantienen el mismo estilo, pero el cliente que visita esta cuadra encontrará variedad para todos los gustos. Nuestras especialidades son las tortillas y la bondiola asada y el ojo de bife", cuenta Eduardo Abelenda, encargado del restó de Caseros y Bolívar.
En Hierba Buena, por ejemplo, el menú es para aquellos que se alejan de lo tradicional y aman las frutas y las verduras: a media tarde, los clientes suelen pedir la especialidad de la casa: yogur con manzana, sésamo, vainilla, canela, leche y cereales. "Además del variado menú, con combos ejecutivos para desayunar, almorzar y merendar, todos los jueves, a las 16, les ofrecemos a nuestros clientes, de manera gratuita, la posibilidad de consultar a un tarotista. Venís, comés un yogur y te tiran las cartas", cuenta Norberto Antinolti, encargado del lugar. Un combo desayuno en Hierba Buena tiene un valor de 39 pesos (incluye un sándwich de palta, tomate, queso y huevo, y café con leche) y los jugos oscilan entre los 16 y los 24 pesos.
Otro de los sitios muy concurridos es el Club Social, donde además de una carta que ofrece de plato principal lomo, bondiola o langostinos, los miércoles por la noche se puede disfrutar de un show en vivo de jazz. "La verdad es que el lugar tiene una onda bárbara. No sólo este restaurante, sino todos, porque con mis amigas frecuentamos esta cuadra todos los mediodías y vamos rotando de lugares, de acuerdo con lo que tengamos ganas de comer", cuenta Vanina Giorno.
De Luxe es otro de los restó que también proponen variadas comidas caseras. "En general vengo a cenar porque tiene muy buenos cortes de carnes. Pero este lugar es ideal porque prácticamente no hay paso de vehículos y la cuadra es supertranquila. Así que, por una vez, comer afuera, sentado a una mesa en la vereda, no implica padecer el ruido de la calle", dice Miguel Rolón.
Sombrillas de día y de noche, mesas decoradas con velas, algunas comodidades como almorzar en un sillón con una mesa ratona y un amplio menú para todos los gustos hacen que este polo hoy convoque a numerosos comensales. El éxito es tal que incluso durante los días de semana hay que esperar unos minutos para conseguir una buena mesa.
Fuente: La Nacion
Link: http://www.lanacion.com.ar/1448788-la-gastronomia-ilumina-la-avenida-caseros
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