
Una pared de ladrillos de 1750 es la testigo más vieja de esta construcción en San Telmo. A lo largo de la historia, la casa de Defensa 1344 fue, entre otras cosas, una tintorería y un conventillo en el que vivían ocho familias que luego abandonaron el lugar por la fiebre amarilla. Entre la década del 80 y el 90, fue restaurada por la Fundación San Telmo.