"Siempre fue un barrio singular, difícil para la gastronomía. Muchos cocineros abrieron y siguen abriendo por acá, pero no logran sobrevivir. Todavía hay mucha gente que no se aleja del corredor de la Av. Santa Fe, que no cruza Córdoba. Pero, en los últimos tiempos, algo cambió, la oferta se multiplicó, como nunca antes", dice Fernando Manzone, uno de los arquitectos que mejor conoce San Telmo. Manzone no sólo vivió en la zona por varias décadas, sino que mantiene sobre la avenida Caseros su estudio y fue parte clave en la recuperación y reciclaje de muchos de los edificios emblemáticos que están por estas calles. "La mudanza del gobierno de la ciudad al edificio Parque Lezama (la ex fábrica de bizcochos de Canale) revitalizó lo que rodea el parque; la avenida Caseros cambió por completo con la llegada de restaurantes que formaron su propio polo gastronómico; y también se modernizaron las propuestas que hay entre Independencia y San Juan, con una importante renovación del público", afirma.