
Sobre la mesa del Laboratorio de Arqueología hay un rectángulo de algo menos de un metro de largo, embalado como si fuera una obra de arte venida de ultramar. La arqueóloga Laura Duguine lo mira entusiasmada. Es un pieza que estuvo en el centro clandestino de detención Monte Peloni, en Olavarría, y llegó a Buenos Aires para ser restaurada. Es que Duguine está al frente del Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) Club Atlético –de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación–, pero colabora junto a su equipo en la reconstrucción de la memoria de otros lugares en donde desaparecían y torturaban a las personas durante la última dictadura cívico-militar.