En San Telmo, pegadas a la autopista 25 de Mayo, las canchas del Club Deportivo Giuffra son el segundo hogar de muchos chicos que encontraron allí un refugio que les cambió la vida.
Hace 30 años, la realidad era otra. El pasaje Giuffra, una cortada de adoquines por la que no pasaban autos, era el lugar preferido de los chicos del barrio para jugar a la pelota. Los papás decidieron que lo mejor era tener un club para sus hijos. Consiguieron que la Municipalidad les cediera lo que era un patio de recreación, en Perú 1243. En febrero de 1983 se firmó el convenio definitivo.
Uno de esos chicos es su actual presidente, Gabriel Santagata. “Cuando yo jugaba, esto eran sólo dos canchitas de fútbol, no tenía vestuarios. Me cambiaba en una esquina, venían dos madres y me ponían una sábana. El piso era de asfalto”, recuerda con humor.
En 2007, durante siete meses la sede estuvo clausurada. Mientras, los chicos entrenaron con profes y padres en parques y plazas, y el vecino Club Atlético San Telmo les prestó sus canchas. “Ese fue nuestro mejor año deportivo, salimos campeones de todo. Increíble”, sostiene el presi.
El Giuffra tiene una escuelita a partir de los tres años y compite desde los cinco en siete categorías de FEFI, de la 2000 a la 2006. Son 120 chicos de La Boca, Constitución y San Telmo. Uno de los problemas es la mala alimentación con que llegan. Por eso, los días de partido luego de jugar hay una merienda: alfajor o galletitas más jugo o chocolatada. “Soy un obsesivo. No quiero que tengan ninguna diferencia con otros pibes. Les damos primeras marcas.” Gabriel dice que también los ayudan con la tarea.
En esa línea, fue a hablar al barrio Rodrigo Bueno y llegó a un acuerdo para comenzar fútbol femenino los sábados con un grupo de chicas.
Arrancamos de 10 años en adelante. Van a jugar amistosos, entrenar dos veces por semana y vamos a inscribirnos en la liga el año que viene”, explica. Varias escuelas de la Comuna 1 hacen gimnasia en las canchitas. Para los “giuffreros” el desafío es hacer actividades pos-13 años; y su sueño es techar el club. “Hay que defender a muerte estos lugares. Es fundamental sacar a los pibes de la esquina”, dice Gabriel. “La mayor satisfacción es ver que el pibe está estudiando, buscando laburo y no está en la calle. Esa es la gran victoria.”
Fuente: Diarioz
Link: http://www.diarioz.com.ar/#/nota/un-lugar-para-los-chicos-27696/
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